martes, 11 de mayo de 2010

Certezas que no necesito vivir 80 años para corroborar

- Llorar sirve de algo. A veces es una vía de escape estupenda. Otras, una vía de llegada de maravillas. ¿Cuántas cosas hermosas se han creado para y por las lágrimas?

- Las cosas y las personas no son nunca lo que parecen. Nunca. Y de ser así, probablemente se trate de una cosa.

- Puedes cambiar de opinión con el viento. O pueden hacerte cambiar de opinión, intencionadamente o no.

- Más vale solo que mal acompañado. Total, si uno mismo es tan interesante como para mantener auto-conversaciones para qué vas a complicarte con gente que no merece la pena.

- La mayoría de las cosas que merecen la pena no son ni blanco, ni negro. Y si crees que algo que lo es merece la pena, reconsidéralo, porque quizá no es para tanto.

- Es más comprensible la opción de vida de los ermitaños que la de la mayor parte de las personalidades públicas.

- Cuanto más se jacte una persona de su sinceridad, más mentirosa será. Esto es aplicable también a otras "virtudes", como la bondad, la capacidad de ser buen amigo o el "ser pobre", que parece estar demasiado en boga últimamente.

-Es certísimo que los amigos se cuentan con los dedos de las manos. Y en esos dedos incluyo familia y mascotas...así que queda claro que no quedan demasiados dedos a ocupar.

- Un porcentaje altísimo de la gente se muere de envidia hacia otra gente,la diferencia es que cada uno encauza esto como le brota.

- Si tienes algo que decir, dilo. Y si no merece la pena, mejor desahógate mediante bonitas formas artísticas...total, otra de las verdades es que la vida son dos días (si llega).

- La ley del ojo por ojo es moralmente reprobable. Pero joder,¿y lo bien que sienta?

-Si no puedes vengarte de las cosas malas que te "acontecen", espera. Suele bastar con esperar. Todo llega, por suerte.

-Para ser feliz, el hijo y el árbol son indispensables. Lo del libro...supongo que vale con componer o pintar.

- Rodéate de gente que pueda aportarte algo. Y los demás...bueno, simplemente camúflate entre ellos, al fin y al cabo no suelen darse cuenta. Es la suerte o el consuelo que nos queda.

-Los mayores placeres de la vida son gratis, aunque muchos no lo sepan. Son privilegios, además de secreto.

-La belleza de lo cotidiano y lo sencillo es la llave maestra de la felicidad.

- Unos padres magníficos, como los míos (un hermano magnífico, un entorno magnífico, un compañero magnífico, una herencia magnífica, una percepción magnífica) son el mayor regalo que existe.

[Por y para vosotros es todo. De corazón]

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